lunes, 5 de noviembre de 2012

A vida é como dançar capoeira


Un danza, un dialogo, una lucha, un medio de defensa. Comunicarse, seducir, conquistar. Movimientos suaves y lentos preceden a otros mas rápidos y contundentes. La danza te envuelve, te lleva, te abraza, te golpea, te tira, te levanta, te llena. Se aprende a base de práctica, de caerse y de levantarse. La técnica y la táctica se van mejorando con los años. Hace falta fuerza para sostenerse, intuición para prevenir, creatividad para seducir y hacer la vida mas bella y sobretodo, flexibilidad para adaptarse a las circunstancias y a los cambios de rumbo.

Hay que aprender a mantener el equilibrio, a moverse con agilidad, a esquivar los golpes. Aprender a leer en los ojos de los demás, a conocer a quién tienes delante, empatía para poder comprender. Y saber cómo hay que bailar con cada uno y con quien es mejor no hacerlo. Saber cuando debes acercarte y cuando alejarte.

Al final nuestra felicidad depende de nuestra capacidad y flexibilidad para aceptar los cambios de rumbo que nos vienen impuestos, de nuestra rapidez para levantarnos cada vez que caemos, de nuestra coherencia y valentía para asumir las decisiones que tomamos, de la sabiduría para reconocer nuestros errores y rectificar cuando nos hemos equivocado, y por supuesto, de la capacidad para disfrutar cada momento que vivimos, aquí y ahora.

Nuestra paciencia depende de nuestra capacidad para soportar el dolor. Todos tenemos un límite para aguantar el dolor, nuestra paciencia dura hasta llegar a ese limite, o bien, hasta que nuestra experiencia y sentido común nos dice, podría aguantar más, pero sencillamente, no me apetece.

A veces no se trata solo de aprender, sino también de desaprender lo aprendido para poder seguir avanzando. Y comprender que al igual que la vida fluye y se encuentra en constante evolución, nosotros también deberíamos evolucionar con ella. 

Y para evolucionar todavía nos queda mucho por aprender acerca de la empatía, la tolerancia y el respeto por los demás. Cuando hoy, lo mas fácil es criticar a los que piensan de forma diferente a nosotros. Simplemente, porque provenimos de una sociedad bastante  inflexible, que aunque liberada en algunos aspectos, sigue siendo bastante rígida en materia de tolerancia y respeto.