Vivimos en un mundo lleno de conexiones. Recibimos información a través de muchos canales, consciente o inconscientemente. Sobretodo lo segundo. Nuestro subconsciente trabaja día y noche. Cuando estamos despiertos nosotros decidimos lo que vale y lo que no nos vale. Pero cuando dormimos ‘él’ decide, dice lo que sabe. Es una boca ‘chancla’ (abierta) porque lo larga todo. No se calla, dice lo que ve, lo que le preocupa, lo que añora... por eso poder recordar los sueños y saber interpretar la información que nos dan, es una suerte.
Al mismo tiempo, y por la misma razón, cada uno de nosotros es capaz de emitir información por diferentes canales, el consciente y el subconsciente. Aunque nosotros no sepamos muy bien como funciona esa transmisión 'inconsciente'.
Hace poco decía Eduard Punset en una entrevista que le hizo Olga Viza para el diario Marca “Bargh, un científico de Harvard, es uno de los grandes descubridores del papel inmenso del insconsciente y, por tanto, de la intuición frente al pensamiento racional que es en lo único en lo que nos habíamos fijado. Ahora sabemos que el pensamiento racional ocupa un espacio irrisorio en nuestro cerebro comparado con el inconsciente. Hoy sabemos que la intuición es una fuente de conocimiento tan válida como la razón”
Nuestra mente genera una serie de campos de energía y magnéticos que a su vez transmiten información y energía. Cómo controlar esos intercambios? Es todo un mundo por descubrir. Pero que una comunicación ‘mental’ en términos de intercambio de energía, existe, está demostrado, no es ciencia ficción.
Todos tenemos un centro de gravedad y generamos nuestro pequeño o gran campo magnético. Y al mismo tiempo, la propia actividad de nuestro cerebro libera energía en las pequeñas descargas eléctricas que se producen en la actividad neuronal. Somos capaces de atraer a las personas, de contagiar nuestra energía, optimismo, entusiasmo, etc. De la misma manera también se pueden contagiar los miedos e inseguridades, por esa razón hay que estar atentos con lo que transmitimos y lo que recibimos. Saber distinguir cuando hemos de ser permeables y cuando impermeables.
Hay personas que son auténticos generadores y transmisores de energía. Tienen la capacidad de transformar el ambiente que hay a su alrededor. Transmiten alegría y bienestar. Son realmente capaces de recargar la energía de los demás y de contagiar su entusiasmo. Pueden llegar a sanar y reconstruir la estructura de las personas que han sufrido daños. Por lo general suelen ser personas puras, sencillas, generosas, valientes, optimistas, realmente geniales. Hacen la vida mucho más agradable y preciosa. Precisamente porque es muy sencillo comunicarse con ellos, te dan su confianza y su cariño, todo resulta mucho mas sencillo y gratificante. Son todo una ‘suerte’ encontrarles, todo un regalo.
Precisamente hoy, una de esas personas nos contaba, que una vez en un tren un señor no dejaba de mirarla. Ella le preguntó "perdone, qué mira?" A lo que el contestó "perdona, miraba tu aura, nunca había visto una como la tuya, es de un solo color"
Según Wikipedia ‘En el ámbito de la parapsicología, el aura es un campo energético de radiación luminosa multicolor que rodea a las personas’. Al margen de que estos campos de energía se llamen de una forma de otra, me resultó muy simpática este anécdota. Y lo cierto es que está persona, es una de esos generadores y transmisores de energía y bienestar.
O como le decían a una amiga “cada vez que apareces con esa sonrisa por esa puerta, algo bueno sucede"
Por eso es importante saber distinguir lo que nos aporta cada persona y saber rodearse de las personas adecuadas y cuidarlas mucho, porque son un gran tesoro. Y precisamente por eso valoro tanto la 'suerte' que tuve encontrando a esas cuatro personas que viven conmigo, todas las personas tan interesantes que voy conociendo y sobretodo a todos los que estáis tan cerquita de mi, es todo un placer :-) Un fuerte abrazo
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